(Gabrielle
Bonheur; Saumur, Francia, 1883-París, 1971) Modista francesa que revolucionó la
moda y el mundo de la alta costura de los años de entreguerras creando una
línea marcada por la sencillez y la comodidad. Coco Chanel rompió con la opulenta
y poco práctica elegancia de la Belle Époque e inauguró la era
de la ropa informal y cómoda. Conectó con ello con los sentimientos de las
mujeres de los años veinte, que después de la guerra querían vestidos
sencillos, aunque elegantes. Usando materiales baratos y simples, y con el
objetivo de aligerar la ropa, el diseño de sus modelos eliminó corsés y forros.
Todo ello contribuía a dar una mayor libertad de movimiento al cuerpo, como
expresión de las aspiraciones de la mujer del siglo XX. Delgada, con poco pecho
y el pelo corto, con ropa ancha y cómoda, Chanel se convirtió en el prototipo
de garçonne, símbolo de la mujer moderna, activa y liberada.
Nacida
en el seno de una familia humilde, a los 12 años perdió a su madre, víctima de
la miseria y de los embarazos (Gabrielle tenía cuatro hermanos a los que llegó
a pagar para que fingieran que no existían). Su padre, un vendedor ambulante,
entregó a la pequeña Gabrielle al cuidado de unas monjas en un hospicio de
Corrèze, donde pasó los siguientes seis años aprendiendo a coser. Para
entonces, la que luego sería Coco Chanel se había convertido en una fantasiosa
adolescente de diecisiete años que no aceptaba su pasado, y comenzó a inventar
una biografía llena de novelerías.
Sus
ansias de libertad e independencia la empujaron a abandonar el orfanato y a
colocarse como dependienta en una mercería de Moulins, trabajo que compaginaba
con sus actuaciones en La Rotonde, un lugar de diversión
para los oficiales del ejército, donde dejaba oír su voz con temas como Ko
ko ri ko y Qui qu'a vu Coco?, una tonadilla popular que narraba la
historia de una muchacha que había perdido a su perrito Coco. Fue allí donde
comenzaron a llamarla la petite Coco, el nombre con el que luego se
haría conocida y entraría en la leyenda. Es posible que por esa misma época
sufriera un aborto que le provocaría la esterilidad de por vida, hecho que sin
embargo no ha podido precisarse.
Con
apenas veintidós años, se enamoró perdidamente (aunque siempre lo negó) de
Étienne Balsan, un joven burgués adinerado con el que mantuvo una relación de
seis años. Balsan la arrancó de su vida provinciana para mostrarle una
existencia de lujo y ocio entre fiestas y carreras de caballos. Pero Coco
quería trabajar, así que habló con Balsan para que éste financiara la apertura
de una sombrerería; mientras él maduraba la idea, ella aprovechó para fugarse a
París con Arthur Boy Capel, un jugador de polo que era uno de los mejores
amigos de su amante.
Ya en
París, Mademoiselle Coco seguía aferrada a la idea de abrir una casa de modas;
sin embargo, como Capel no tenía dinero, se vio obligada a pedírselo a su
antiguo amante. En 1914 compró en las Galerías Lafayette varias docenas de
sombreros que ella misma reformó y luego los sacó a la venta. Ante el inesperado éxito obtenido,
no lo dudó ni un momento: lanzó su propia línea de moda, que consiguió notable
aceptación entre sus clientes, muchas de las cuales eran antiguas amantes de
Balsan.
Con
los beneficios abrió su primera tienda en el número 21 de la rue Cambon y poco
después se lanzó a la apertura de una segunda en la elegante y veraniega villa
de Deauville, donde impuso su moda entre la gente "chic" de la época,
y luego una tercera casa en Biarritz. Para entonces Coco tenía bajo sus órdenes
a 300 empleados; pero, en el terreno sentimental, las cosas no le iban tan
bien. Los rumores de infidelidad que corrían sobre Capel se vieron confirmados
cuando él le comunicó que la dejaba por una aristócrata, con la que se casó en
1919.
Terminada
la guerra, Gabrielle volvió a París, se instaló en el Hotel Ritz y se volcó en
su negocio, que no tardó en hacer prosperar, ayudada por revistas y periódicos
de todo el mundo que difundieron su estilo. En 1929, el crack de Wall Street
obligó a reducir la plantilla de la empresa (que por entonces contaba con 4.000
trabajadores) a la mitad. Los precios de los exclusivos diseños de Chanel se
redujeron considerablemente, pero ni siquiera de esta forma consiguió levantar
la firma. Coco Chanel cerró sus salones y decidió marcharse a Norteamérica
durante un tiempo, reclamada por el productor de cine Samuel Goldwyn, que le
ofreció la posibilidad de vestir a las estrellas dentro y fuera de la pantalla.
Durante
esta etapa pasaron por su vida Igor Stravinsky, el duque Dimitri de Rusia, el
duque de Westminster (que la abandonó tras diez años de relaciones porque no
podía darle hijos) y, finalmente, cuando ya tenía casi cincuenta años, el
artista Paul Iribe, en el que creyó haber encontrado al hombre de su vida. Por
desgracia, en 1933 falleció de infarto tras un partido de tenis.
Al
comienzo de la Segunda Guerra Mundial Coco hubo de
cerrar de nuevo sus salones, pero continuó viviendo en la capital parisina.
Conoció entonces a un diplomático alemán, Hans von Dincklage, que se convirtió
pronto en su amante. En agosto de 1944 fue detenida bajo la acusación de
colaboracionismo y, tras este episodio, se exilió en Suiza. Durante los años en
que permaneció retirada del mundo de la moda asistió al triunfo del "New
Look" que imponían de Christian Dior y Balenciaga.
En
1954, con setenta y un años, reabrió su casa de modas porque, como le dijo a
Marlene Dietrich, se aburría. Consumida por el reumatismo y la artritis, pero
sin haber dejado ni un momento de poner alfileres (Coco no sabía dibujar ni
hacer bocetos, de forma que creaba sus diseños sobre las propias modelos),
murió el 10 de enero de 1971. Ese día había salido con su amiga Claude Baillen
a dar un paseo; cuando regresaron, fatigada, Coco se tendió en su cama del
Hotel Ritz y le dijo: "Mira, así se muere".
El
estilo Chanel
Cuando
el 28 de junio de 1914 estalló la Primera Guerra Mundial, Coco se dio cuenta que
los nuevos tiempos exigían un estilo mucho más deportivo y funcional, adaptado
a las nuevas circunstancias. Lo primero que hizo fue suprimir el corsé del
traje femenino para dar mayor libertad de movimientos a las mujeres. Dos años
más tarde introdujo el punto en sus colecciones, un tejido que nadie había
utilizado hasta entonces para la alta costura pero que encantó a sus clientes.
Con punto confeccionó el jersey, una prenda casi masculina, que fue seguida de
la charming chemise dress, un vestido-camisa sin cintura ni adornos que
realzaba el busto femenino, sobre el que se imponía llevar perlas.
Sus
innovaciones fueron aún más lejos: no sólo se atrevió a acortar la longitud de
las faldas y a descubrir el tobillo femenino, sino que forzó las mujeres a
cortarse el pelo cuando una noche apareció en la Ópera con el cabello corto.
Acababa de crear el estilo garçon, que marcó el final de una época. Tuvo
la audacia de exponerse al sol cuando el broceado se consideraba sinónimo de
plebeyez, y también de imponer su extrema delgadez (fruto, por otra parte, de
las privaciones que le imponía la guerra) a todas sus clientes.
En
este innovador estilo realizó faldas plisadas de estilo marinero, trajes de
talle bajo, pijamas playeros, impermeables e, incluso, ¡pantalones femeninos!
Fue ella quien lanzó el impermeable, los trajes de tweed escocés con
bisutería llamativa, el zapato de punta redonda y, por supuesto, el célebre
bolso con cadenitas doradas que se llevaba en bandolera. Creó también el
célebre traje negro (la petite robe noire) que, en diversos modelos, ha
sido desde entonces portada de todas las revistas de modas. Y no cabe olvidar
el conjunto que lanzó en 1925 y que se convertiría en la estrella de la firma:
un traje con falda y chaqueta a juego, de manga larga, sin cuello y ribeteado.
Otro
de los revolucionarios aportes de Chanel a la moda femenina fue el zapato de
tacón bajo. Fue un lanzamiento subversivo, en plena década de los años
cincuenta, cuando los zapatos de tacón de aguja se hallaban en su apogeo. Junto
a Raymond Massaro colaboró en la creación de un modelo de zapato realizado en
dos tonos: el cuerpo y la parte del talón eran de color beige para alargar
ópticamente la pierna, mientras que la puntera de color negro hacía que el pie
pareciese más pequeño.
Con
todo, el vástago más famoso de la Maison Chanel nació en 1923, fruto de la unión
con Ernest Beaux: el perfume Chanel nº 5. Se trataba de una mezcla única de
aldehídos y sustancias florales destinada a terminar de una vez con los
afectados polvos perfumados de violeta de las décadas precedentes. Elevado a la
categoría de mito en su tiempo y aún hoy uno de los más vendidos del mundo, su
inmenso éxito facilitó el sostén de su imperio. Fue la actriz Marilyn Monroe
quien convirtió la fragancia en un símbolo cuando, durante una entrevista,
aseguró a los reporteros que unas gotas del nº 5 era lo único que llevaba
puesto para dormir.
Luego
llegaron otros perfumes, el nº 22, el nº 19 (que conmemora la fecha del nacimiento
de Madame), Cristalle y Antaeus (para hombre). Ya después de su muerte, y
Gracias a Karl Lagerfeld, la casa Chanel pudo recobrar, a partir de 1983, su
anterior esplendor. La firma lanzó en 1984 Coco, denominado así para
continuar con la tendencia impuesta por ella de asociar su nombre al de sus
aromas; y en 1990 nació Egoïste, una esencia para hombre que consiguió
dominar el mercado durante los últimos años del siglo XX.
BIBLIOGRAFIA
http://nenufaress.blogspot.com.es/2012/06/como-gabrielle-bonheur-se-transformo-en.html
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