domingo, 9 de octubre de 2011

EL BOTON

Un botón es una pieza pequeña de metal, hueso, nácar, plástico u otra materia forrada de tela o sin forrar, de cierta dureza que se cose en la vestimenta para que, entrando en el ojal, la abroche, la ajuste o asegure. También se pone por adorno en la ropa.
El botón fue utilizado desde la prehistoria pero fabricado en serie desde el siglo XII.Es un elemento pequeño utilizado en las vestimentas, especialmente camisas, chaquetas y americanas. Los botones suelen ser redondos y planos, aunque los hay de diversas formas y tamaños. Suelen estar hechos de metal, madera o, más recientemente, plástico. El botón se abrocha haciéndolo pasar por un ojal de tamaño justo ubicado en un extremo de la vestimenta.
En un primer momento, los botones no eran sino discos decorativos que se cosían a las prendas y no tenían la función de abrocharlas. Los primeros botones como tales fueron conchas de diversos moluscos, talladas y perforadas. Datan del 2000 a. C., y han sido hallados en el valle del río Indo.
Los Griegos y los Romanos usaron los botones solamente para adornar sus túnicas y vestidos.
Durante la Edad Media se hacían de cuerno o de cristal y solamente la gente que poseía riquezas podía darse el lujo de llevarlos. En el siglo XIII se empezaron a poner de moda, conjuntamente con otros adornos de vestir, tales como prendedores y camafeos.
En 1350 los cruzados lo trajeron a Europa. Anteriormente los ricos se ataban la ropa con corchetes , y los más pobres usaban nudos o ganchos.
El botón fue usado para fijar las estrechas mangas de las mujeres de clase alta, para evitar coserlas diariamente.
Cobró relevancia en la corte de Fernando III el Santo, y en la de su primo San Luis, rey de Francia. El botón era una alhaja más, que se agregaba a las joyas que resaltaban en el lujo de las clases altas.
En el siglo XV, en la corte de Enrique IV de Castilla, se comenzó a usar como elemento decorativo, combinado con las pasamanerías. Hacia fines de la Edad Media era signo de nobleza.
Durante el siglo XVI se fabricaron artesanalmente magníficos botones, muy trabajados y elaborados con oro, plata e incrustaciones de joyas. . Tener ropas con botones, en esa época, era muestra de lujo y buen gusto.
Se puso de moda coserlos en la vestimenta formando una larga fila y tocándose unos con otros.
En 1520, Francisco I de Francia debía reunirse con Enrique VII de Inglaterra y se presentó con un vestido de terciopelo negro al que se habían cosido más de 13.000 botones.
Enrique VII también lucía valiosos botones, que tenían grabados los mismos dibujos que sus anillos.
En el siglo XVII comenzaron a realizarse forrados de tela y decorados con bordados. Eran usados en cualquier tipo de prenda, incluso en  pañuelos y medias.

Los puritanos se negaron a usar botones por considerar que  eran fruto de la vanidad. Sus ropas sólo presentaban ganchitos y ojales.

Hacia 1750, en Inglaterra ya comenzó a convertirse en un elemento más práctico que ornamental.

Los primeros europeos que llegaron a América muchas veces utilizaban botones para comerciar con las tribus aborígenes.

Se empezaron a fabricar en América alrededor del 1800. Se realizaban en bronce o hueso, pero posteriormente se los hizo en porcelana, marfil, metales, madera, vidrio, perlas y plástico.

La alta costura lo feminizó y a partir de 1930 se comenzaron a usar resinas sintéticas, elemento que permitió hacerlos de todas formas, colores y tamaños.
En yacimientos europeos se han encontrado botones de marfil y hueso labrados cubiertos de oro o con gemas incrustadas. En ninguno de estos casos eran utilizados para abrochar las prendas.
Una curiosidad que aún perdura es la disposición de los botones en las prendas masculinas y femeninas. La ropa de hombre tiene los botones a la derecha y la de mujer a la izquierda. Existen dos teorías sobre el porqué de esto. Una teoría para explicar este hecho es la de que antiguamente a las mujeres las vestían las criadas y, para que les resultara más fácil abrochar los botones, se pusieron en el lado contrario a lo habitual. La otra teoría se puede resumir a grandes rasgos en que la ropa femenina empezó a abrocharse al revés que la masculina simplemente para diferenciarla, puesto que coincide cronológicamente con la lucha por la igualdad de derechos y uno de los primeros campos de batalla fue la ropa. Las mujeres querían llevar ropa cómoda parecida a la de los hombres, pero estaría moralmente mal visto llevar ropa de hombre, por lo que la forma de abrochar la prenda serviría para distinguir una de otra.
Hay botones de dos o cuatro agujeros, pero también hay botones que se sujetan por solo un agujero en su parte posterior y que, a diferencia de los otros, no traspasa hacia la parte frontal.
Los botones no son únicamente redondos, ni planos. Hay una gran cantidad de diseños distintos que incorporan diferentes texturas y acabados. Muchos de los botones empleados en abrigos y blusas han sido forrados de la misma tela que la prenda principal.
Muchas prendas de vestir, como camisas, pantalones y, especialmente, la ropa que es considerada de mejor calidad —Aeropostale, American Eagle, Holister, etc.—, suelen llevar botones extra, sujetos en una parte no notoria de la prenda.

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