viernes, 28 de octubre de 2011

¿QUE ES UNA MODISTA?   
Se denomina modisto a la persona que tiene por profesión el diseño y confección de prendas de vestir femeninas como vestidos, blusas, abrigos, etc. También se denomina diseñador de moda.
El modisto acuerda con su cliente el tipo de ropa que va a confeccionar concretando los detalles de la misma referidos a formas, colores, material, acabados, etc. Seguidamente toma medidas de diferentes partes de su cuerpo para establecer las dimensiones que adoptarán las prendas.
Los modistos también diseñan periódicamente colecciones de propia creación de prendas que se confeccionarán en serie. En tal caso, realizará el escalado de los patrones para obtener las tallas que se deseen partiendo de una talla base. Cada temporada presentan sus colecciones en pasarelas de moda a las que asisten sus principales clientes así como medios de comunicación especializados.
Entre las aptitudes necesaria para ejercer el oficio de diseñador de modas figuran la creatividad y el sentido de la estética. El modisto debe conocer en profundidad los materiales textiles que existen, sus propiedades, características, aplicaciones, capacidad de transformación y terminaciones. Además, debe conocer los complementos que puden combinar con las prendas tales como bolsos, zapatos o joyas para ofrecer en la colección una armonía de conjunto. El diseñador obtiene su inspiración en ferias profesionales, certámenes o revistas de moda tanto en lo que se refiere a los avances en materia de moda, como en la tecnología de diseño y confección relacionada con la misma.


CHARLES FREDERICK WORTH     

Este modisto Inglés llegó a París tras siete años de formación en Londres. En 1858 funda junto a su socio Boberg su propia casa de moda en la Rue de la Paix, de la que toma en 1871 la dirección en solitario.

Worth fue pionero en atribuirse la categoría de celebridad al firmar sus creaciones como si de piezas de arte se trataran. Además, cada nuevo año presentaba una colección con la que aumentar sus ventas y por tanto sus beneficios. Esta innovación revolucionaria de las colecciones de temporada es una fuente de la que los actuales diseñadores siguen sacando provecho.

Las líneas de Worth eran sencillas, redujo la crinolina, de modo que la falda caía plana por la parte delantera y recogió el exceso de tela por detrás. La palabra modisto se creó especialmente para calificar a Worth, que consiguió unir la técnica inglesa del corte con el derroche de elegancia propio de los franceses.

Además, hay que mencionar que el modisto inglés debió gran parte de su fama a dos emperatrices de la época: Isabel de Austria y Eugenia, la esposa de Napoleón III. Ambas se hicieron retratar para la posteridad luciendo diseños en seda y tul bordados en oro de Worth. Tras el fallecimiento del genio, el relevo pasó a sus hijos, Gastón y Jean-Philippe.

Sobre la indumentaria de la femme ornée o la "mujer adornada" de la belle époque hay que decir que se caracterizaba por su afán de comprimir y cubrir de postizos el cuerpo femenino. La idea era crear un reloj de arena con las curvas de la dama: frágil cintura y exuberante parte superior e inferior.
El vestuario femenino, incluso en la versión ligeramente suavizada de Worth, recordaba a una camisa de fuerza. El cuello, alto, estrecho y rígido, obligaba a erguir la cabeza, mientras que los sombreros, algo inclinados y de anchas alas, se decoraban con pesadas plumas de avestruz. Las mangas estaban ahuecadas en el hombro, se recogían en el codo y se estrechaban hasta la mano. Cubrían hasta los nudillos para no mostrar zonas indecorosas. Las faldas llegaban hasta el suelo y se ensanchaban en las caderas, cayendo en forma de campana. Su parte posterior estaba decorada con pliegues y rematada con una pequeña cola. Los zapatos y botines eran puntiagudos y se sostenían sobre medios tacones barrocos. Los complementos imprescindibles eran las medias de seda negra, los guantes ajustados y la sombrilla, que servía para preservar el tono blanco de la piel.

Para el día se usaban telas de lino, terciopelo y lana. Los colores eran pasteles claros o apagados como el rosa, azul o malva. Estos vestidos se engalanaban con galones, cintas, lazos y volantes. Para la noche se recurría a la seda, las puntillas, la muselina, el tul, el crespón de China o el satén entre otros. Los trajes presentaban ricos adornos y generosos escotes. Eran imprescindibles los guantes largos para "vestir los brazos" y para que no se vieran las manos desnudas.





Jeanne Paquin
Jeanne Paquin
Muchos piensan que tras el apellido Paquin se esconde un hombre, y no van muy desencaminados: gran parte del éxito de la casa se debe al talento para las finanzas de Isidore Paquin (1862-1907), así como a la habilidad y encanto que desplegó como director del negocio ante su clientela internacional, que incluía miembros de la alta nobleza, estrellas de la farándula y otras celebridades, a las que supo agasajar como nadie.
Sin embargo, al contrario de lo de lo que ocurría en empresas rivales como Worth o Poiret, en Paquin la mujer no era la musa sino el genio creativo. Jeanne Paquin, que había estudiado en la reputada Maison Rouff, decía de sí misma: “yo no he inventado nada; me he limitado a suprimir”.
La modista presentó su vestido imperio en 1906, un año antes de que Poiret sentara las bases de su fama con este diseño. Lo mismo pasó con el abrigo en forma de quimono, con el que Paquin se le adelantó  otro año. En 1900 fue la primera mujer en presidir la sección de moda de una Exposición Universal y, trece años más tarde, la primera modista en recibir la Cruz de la Legion de Honor. Su empresa también fue pionera en cuanto a filiales en el extranjero: Londres, Nueva York, Madrid, Buenos Aires…

Jeanne Paquin
Jeanne Paquin

Suya fue también la idea de mandar modelos vestidas con sus últimas creaciones a los estrenos operísticos y a las carreras de caballos. En 1914 Paquin organizó en el Palace Theater londinense el primer desfile de modas, entendido como un espectáculo con música. Los vestidos que presentó dieron en llamarse tango y, dado que anticipaban el espíritu de la moda posguerra, causaron sensación.


A pesar de todo, Jeanne Jeanne Paquin Paquin no es considerada una innovadora, ya que fue fiel durante mucho tiempo a la ligne serpentine, la forma S, además de introducir cambios lenta y discretamente. Como humilde esposa, se mantuvo siempre en la sombra mientras sus colegas masculinos disfrutaban de su condición de estrellas. Ella ha pasado a la historia por su predilección por los adornos de piel y los románticos vestidos de noche de estilo dieciochesco, a los que quizá era aficionada porque le quedaban tan bien que se la tenía por la mejor modelo de la casa.
Cuando su esposo murió al finalizar la I Guerra Mundial, dejo a dirección del negocio en manos de su cuñado, delegó las decisiones artísticas en mademoiselle Madeleine y se retiró. El salón de modas Paquin no cerró sus puertas hasta 1956.
                  



Jeanne Paquin fue la primera diseñadora en la Historia del Vestuario, que además hizo “moda de calidad y rentable”. Casada con un administrador de empresas construyó un negocio de alta costura, cuyo modo estilístico influenció sin precedentes durante los primeros años del siglo XX. Sus enfoques innovadores para la comercialización y potente diseño atrajo a las mujeres del mundo. He aquí su historia:
Nació en 1869 en la Isla de Saint-Denis, ubicada en las afueras de París. Cuando niña, trabajó en la tienda de una modista local y luego se convirtió en costurera de la distinguida firma parisina “Maison Rouff”. En febrero de 1891 se casó con un ex banquero y hombre de negocios, fundando un mes antes de su matrimonio la que sería su “casa de modas”, donde tuvo diversos clientes: desde actrices de la época hasta miembros de la realeza europea. La relación con ellos fue muy particular e innovadora para ese momento, pues establecía vínculos personales basados en la preocupación individual. Creativa y astuta en sus planteamientos Jeanne creó, además, prácticas que más tarde se transformarían en procedimientos normalizados de trabajo en el mundo de la moda. Una de ellas fue el concepto de la expansión internacional a través de la apertura de sucursales extranjeras: Londres en 1896, Buenos Aires y Nueva York en 1912 y, Madrid en 1914. En su apogeo la casa empleaba a más de dos mil trabajadores, superando incluso a la Casa de Modas Worth. En 1907 su esposo murió repentinamente dejándola sola a la cabeza de la gran tienda, a raíz de lo cual su hermano y esposa, le ayudaron con esta tarea.

Jeanne Paquin incorporó, desde el principio, el poder del espectáculo para promocionar sus diseños de vestuario: en 1914 organizó en el Palace Theatre de Londres el primer desfile de modas entendido como un espectáculo con música. Además ideó el enviar actrices jóvenes a la ópera vestidas con sus modelos más recientes para difundir sus nuevas colecciones y el trasladar éstas a través de giras. La primera fue por Estados Unidos, que incluyó Nueva York, Filadelfia, Boston, Pittsburgh y Chicago.

Ella misma era la mejor publicista de su propio estilo: siempre llevaba sus propios diseños y, admirados por el público, fue la primera mujer en convertirse en un icono de la moda, estableciéndose como el precedente de Coco Chanel. Igualmente aclamada por sus habilidades de negocio, fue que recibió numerosos premios y nombramientos, todos los primeros de una mujer en su tiempo: en 1900 sus compañeros diseñadores la seleccionaron para encabezar su primera exhibición colectiva pública de alta costura, en la gran Exposición Universal de París. También se le concedió la Orden de Leopoldo II de Bélgica en 1910 y la prestigiosa Legión de Honor en el ámbito del comercio en 1913; también fue elegida presidenta de la Cámara Sindical de la Alta Costura, organización oficial de los diseñadores de París, en 1917.

Los diseños de Paquin fueron reconocidos por una magnífica factura y estética incomparable: creó notables efectos visuales con texturas y matices tonales que van desde una luminiscencia etérea en lo vaporoso (vestidos desde 1900 hasta 1910), a una vibración en negros presente en las creaciones de inspiración oriental. Armaba el juego de luces en la superficie de la prenda mediante la yuxtaposición de aplicaciones y telas. Aunque su calidad como artista de efectos visuales y composición fue insuperable, Paquin también hizo para la función y comodidad: entre 1912 y 1920 diseñó “ropa para la mujer activa”.
Su casa de modas se fusionó con la “Casa Worth” en 1954, para posteriormente cerrar en 1956. Jeanne murió antes, en 1936, después de haberlo hecho absolutamente todo…

El Museo ABC de Madrid expone por primera vez más de trescientas ilustraciones de moda que el artista Carlos Sánchez de Tejada realizó en París en la década de los años treinta. La muestra es un reflejo de las tendencias de la época y del papel que la mujer iba adquiriendo.
El elegancia del dibujo. Crónica de París. Museo ABC.
Si los veinte fueron los años locos, los treinta fueron los de la Depresión. Pero en moda fueron un momento de revolución, con el nacimiento del look andrógino y la imposición de Greta Garbo como modelo a imitar. Las mujeres se imponen en la moda, en una batalla que enfrentó a Coco Chanel con Elsa Schiaparelli y en la que también luchaban Jeanne Lanvin o Madeleine Vionnet.

El pintor Carlos Sáenz de Tejada (Tánger, 1857 – Madrid, 1958) fue testigo de todos estos movimientos desde los salones de costura de París. Cada uno de los desfiles de casas como Worth, Patou, Callot Soeurs, Heim, Paquin o Rochas, tiene una crónica ilustrada en las páginas del Diario ABC y del semanario Blanco y Negro.
















Paul Poiret 1879-1944

Paul Poiret nació el 8 de abril de 1879 en un ambiente propicio a los placeres sensuales, pues sus padres eran comerciantes de telas en el barrio de Les Halles, en aquella época el "vientre" de París. A pesar de su imaginación y carácter soñador, que hacían presagiar su futura dedicación al mundo de las artes, su padre le obligó a terminar sus estudios de secundaria y luego lo mandó a trabajar como chico de los recados en el taller de un paragüero. Poiret, de su maestro tomaba retales de seda. Con estos restos, el jovenzuelo elaboraba extravagantes creaciones que hacían las delicias de su madre y hermanas. Su talento como dibujante le procuró un puesto en el taller del famoso modisto Doucet. Junto a él aprendió el arte de la costura, el de la buena vida y a tratar bien a las estrellas del teatro, algo que podía procurarle gran publicidad.

En 1901 se colocó en el taller más importante del momento, Worth, donde trabajó para sus hijos, que pronto se deshicieron de él. Dos años después montó su propio salón de moda. Su primera clienta fue la entonces admiradísima e imitadísima actriz Réjane. Tres años más tarde Poiret era una celebridad conocida allá donde fuera y en cuyas fiestas se reunía el tout París. El motivo por el que Paul Poiret empezó esta batalla contra el corsé fue que encontraba ridículas a las mujeres de busto curvo y trasero prominente. En 1906 diseñó un traje sencillo, entallado directamente bajo los pechos y que caía recto hasta los pies.

de la La nueva mujer del diseñador era modesta, joven y de movimientos descaradamente libres. Bajo sus vestidos se escondía una hermosa figura y no un buen corsé. Pero la desaparición del corsé no era lo único que hacía parecer a las mujeres más jóvenes y atractivas, también contribuyeron a ello los colores vivos y estampados sencillos. Para rematar el efecto, Poiret desterró las medias negras y cubrió las piernas con seda de color carne. Lamentablemente su estilo pronto comenzó a degenerar. Cada vez subía más el talle, y en consecuencia, los pechos. Además, sus escotes eran cada vez más pronunciados y sus faldas más estrechas. En 1910 lanzó la falda trabajada, que obligaba a las mujeres a ir dando pequeños pasitos. En esta ocasión las mujeres no siguieron los dictados del genio. Esto no preocupó mucho a Poiret, que siguió vistiendo a la mujer a su antojo con caftanes, quimonos y pantalones bombachos, y cubriéndola con velos, túnicas y turbantes. El lujo en todo su esplendor, bordados de vivos colores, puntillas de oro y plata, perlas y plumas. Lo oriental era el último grito tras el éxito en 1909 de los Ballets Rusos en París, que influenciaron en las artes, la moda y, en definitiva, el estilo década.



Paul Poiret fue el primer modisto en lanzar su propio perfume y en 1911 se aseguró un escándalo de inmejorables repercusiones publicitarias al presentar su falda pantalón, que recibió la condenación del mismísimo Pío X. Además, al comprobar en sus viajes que en todas partes se copiaban sus diseños, impulsó la creación del Syndicat de Défense de la Grande Couture Française, que debía proteger las creaciones originales.
Poiret no podía calificarse únicamente de modisto, pues era capaz de vender desde complementos hasta elementos de interiorismo. Pero el creador no fue un visionario, simplemente vivió integrado en su época, en los años previos a la I Guerra Mundial. Durante ésta, el diseñador fue movilizado y, al regresar del frente comprobó con horror que todo había cambiado. Poiret no pudo comprender que la guerra había hecho más por la independencia de las mujeres que la moda. Creyó que podría recuperar a su antigua clientela dando fiestas y celebraciones, pero esto logró que acabase arruinado. Finalmente, abandonado por todos, se retiró a la Provenza, donde consumido por el rencor se dedicó a la pintura.
Murió en 1944 pobre y olvidado, pero sin embargo su obra contribuyó enormemente al futuro de la moda.
Se rindió homenaje a su labor en el mundo de la moda en 2007 con la exposición Poiret: king of Fashion.


OPINION PERSONAL
Pues la verdad después de buscar todos estos datos y muchos mas artistas de la moda antiguamente, no me ha quedado claro quien fue el primer modista en el mundo, creo que esta un poco mezclado lo que era modista y diseñador, según estos datos yo diría que fue Worth, pero según mi criterio los primeros modistas fueron en el neolitico cuándo ya se comenzo a realizar ropas a partir de tejidos de pequeño tamaño cosidos unos con otros, para mi ellos son los primeros que diseñaron sus ropajes sin haberlos visto antes en ningún sitio y sin tener ideas anteriores los diseñaron según sus necesidades, los cosieron con los medios que disponían y los usaban cada día y cada momento.



BIBLIOGRAFÍA
http://www.modaes.es/look/241011/la-elegancia-del-dibujo-en-el-paris-de-los-anos-tr
http://jazmingastelum.com/?p=712
jazmingastelum.com/?p=712

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